Federico García Lorca

Federico García Lorca. Huerta de San Vicente, Granada 1932.

Seis poemas galegos de Federico García Lorca. Estos poemas, escritos directamente en gallego, surgen de los viajes realizados por el poeta a Galicia desde 1931. Fueron escritos entre 1932 y 1934 y publicados en 1935 en Santiago de Compostela por la Editorial Nós, fundada en 1927 por Ángel Casal. Se trata de un homenaje al paisaje y a la lengua de Galicia.

El poeta granadino era admirador de Rosalía de Castro, de Eduardo Pondal y Manuel Curros Enríquez, así como de los poetas medievales gallegos Martín Codax y Meendiño, y de los portugueses Luís de Camões o Gil Vicente.
Tenía también en Madrid varios amigos gallegos: el musicólogo Jesús Bal y Gay, los poetas Eugenio Montes y Serafín Ferro y el joven Ernesto Pérez Guerra, quien ejerció una gran influencia sobre él. En 1933, éste le presentó a Eduardo Blanco Amor, quien dos años después se encargó de la publicación de los Seis poemas galegos.

La publicación de los poemas fue anunciada por la revista Nós, en su número de mayo-junio de 1935, entre las «nuevas obras publicadas» de la editorial. El colofón del libro lleva, sin embargo, fecha del 27 de diciembre de 1935. Blanco Amor prologó la edición.

Lorca inicia y cierra la serie de poemas con dos homenajes a la ciudad de Santiago de Compostela.

«Madrigal á cidade de Santiago» («Madrigal a la ciudad de Santiago»), dedicado a Martínez Barbeito.​
«Romaxe de Nosa Señora da Barca» («Romería de Nuestra Señora de la Barca»)
«Cántiga do neno da tenda» («Cántiga del niño de la tienda») dedicada a Ernesto Pérez Guerra, habla del sentimiento de los emigrantes​
«Noiturnio do adoescente morto» («Nocturno del adolescente muerto»)
«Canzón de cuna pra Rosalía Castro, morta» («Canción de cuna para Rosalía Castro, muerta»)
«Danza da lúa en Santiago» («Danza de la luna en Santiago»)​

Danza da lúa en Santiago

¡Fita aquel branco galán,
olla seu transido corpo!

É a lúa que baila
na Quintana dos mortos.

Fita seu corpo transido
negro de somas e lobos.

Nai: A lúa está bailando
na Quintana dos mortos.

¿Quén fire potro de pedra
na mesma porta do sono?

¡É a lúa! ¡É a lúa
na Quintana dos mortos!

¿Quén fita meus grises vidros
cheos de nubens seus ollos?

¡É a lúa! ¡É a lúa
na Quintana dos mortos!

Déixame morrer no leito
soñando con froles dóuro.

Nai: a lúa está bailando
na Quintana dos mortos.

¡Ai filla, co ar do céo
vólvome branca de pronto!

Non é o ar, é a triste lúa
na Quintana dos mortos.

¿Quén brúa co-este xemido
dímenso boi melancónico?

¡Nai: É a lúa, é a lúa
na Quintana dos mortos

¡Si, a lúa, a lúa
coronada de toxos,
que baila, e baila, e baila
na Quintana dos mortos!

Danza de la luna en Santiago

Observa a aquel blanco galán,
mira su transido cuerpo!

Es la luna que baila
en la Quintana de los muertos.

Observa su cuerpo transido,
negro de sombras y lobos.

Madre: la luna está bailando
en la Quintana de los muertos.

¿Quién hiere potro de piedra
en la misma puerta del sueño?

¡Es la luna! ¡Es la luna
en la Quintana de los muertos!

¿Quién observa mis grises vidrios,
llenos de nubes sus ojos?

Es la luna! ¡Es la luna
en la Quintana de los muertos!

Déjame morir en el lecho
soñando con flores de oro.

Madre: la luna está bailando
en la Quintana de los muertos.

¡Ay hija, con el aire del cielo
me vuelvo blanca de pronto!

No es el aire, es la triste luna
en la Quintana de los muertos.

¿Quién brama con este gemido
de inmenso buey melancólico?

Madre: es la luna, es la luna
en la Quintana de los muertos.

¡Sí, la luna, la luna
coronada de tojos,
que baila, y baila, y baila
en la Quintana de los muertos!

Plaza de la Quintana. Santiago de Compostela.

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