Julien Gracq – Guillaume Apollinaire

Julien Gracq.

Julien Gracq, En lisant, en écrivant.

«Quand reviennent ces jours de disgrâce où, pour un moment, les livres, tous les livres n’ont plus que le gout du papier mâché, où une acedia saturnienne décolore pour l’âme et déssèche sur pied toute la poésie écrite, il ne reste pour moi que deux ou trois fontaines – petites, intarissables – où l’eau vive dans le désert qui s’accroît continue à jaillir et immanquablement me ranime; ce sont quelques chansons de Rimbaud…Guillaume Apollinaire. Il me suffit de me redire la première strophe de Marie pour que le monde, instantanément, retrouve les couleurs du matin»

Marie

Vous y dansiez petite fille
Y danserez-vous mère-grand
C’est la maclotte qui sautille
Toutes les cloches sonneront
Quand donc reviendrez-vous Marie

Les masques sont silencieux
Et la musique est si lointaine
Qu’elle semble venir des cieux
Oui je veux vous aimer mais vous aimer à peine
Et mon mal est délicieux

Les brebis s’en vont dans la neige
Flocons de laine et ceux d’argent
Des soldats passent et que n’ai-je
Un coeur à moi ce coeur changeant
Changeant et puis encor que sais-je

Sais-je où s’en iront tes cheveux
Crépus comme mer qui moutonne
Sais-je où s’en iront tes cheveux
Et tes mains feuilles de l’automne
Que jonchent aussi nos aveux

Je passais au bord de la Seine
Un livre ancien sous le bras
Le fleuve est pareil à ma peine
Il s’écoule et ne tarit pas
Quand donc finira la semaine

Guillaume APOLLINAIRE, Alcools (1913)

Guillaume Apollinaire, blessé le 17 mars 1916 à la tempe.

Antonio Machado

Segovia. Estatua de Antonio Machado. Plaza Mayor.

Je suis en train de relire, à petites doses, le Juan de Mairena d’Antonio Machado dans l’édition Cátedra (Letras Hispánicas), en deux tomes, prêtée par Manuel. Un merveilleux traité poétique et philosophique.

Antonio Machado est né le 26 juillet 1875 à Séville dans un appartement en location du Palais de Dueñas. Son père Antonio Machado Álvarez était avocat, journaliste et spécialiste du folklore. Il était connu sous le pseudonyme de Demófilo.

“Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero…” (de Retrato, Campos de Castilla)

“… Esta luz de Sevilla… Es el palacio
donde nací, con su rumor de fuente.
Mi padre, en su despacho. La alta frente,
la breve mosca, y el bigote lacio.”

Il  publia en 1936 chez Espasa-Calpe “Juan de Mairena (sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo)”.

«Vivimos en un mundo esencialmente apócrifo, en un cosmos o poema de nuestro pensar, ordenado o construido todo él sobre supuestos indemostrables, postulados de nuestra razón, que llaman principios de la lógica, los cuales, reducidos al principio de identidad que los resume y reasume a todos, constituyen un solo y magnífico supuesto: el que afirma que todas las cosas, por el mero hecho de ser pensadas, permanecen inmutables, ancladas, por decirlo así, en el río de Heráclito. Lo apócrifo de nuestro mundo se prueba por la existencia de la lógica, por la necesidad de poner el pensamiento de acuerdo consigo mismo, de forzarlo en cierto modo, a que sólo vea lo supuesto o puesto por él, con exclusión de todo lo demás. Y el hecho – digámoslo de pasada- de que nuestro mundo esté todo él cimentado sobre un supuesto que pudiera ser falso, es algo terrible, o consolador. Según se mire. Pero de esto hablaremos otro día.»

“Seguid preguntando, nunca os canséis de preguntar, sin preocuparos demasiado de las respuestas.”

“Nuestras inquietudes se disponen en el alma como balas en un rifle.”

 

La planche de vivre 3

Después de haber cavado este barbecho
me tomaré un descanso por la grama
y beberé del agua que en la rama
su esclava nieve aumenta en mi provecho.

Todo el cuerpo me huele a recién hecho
por el jugoso fuego que lo inflama
y la creación que adoro se derrama
a mi mucha fatiga como un lecho.

Se tomará un descanso el hortelano
y entretendrá sus penas combatiendo
por el salubre sol y el tiempo manso.

Y otra vez, inclinado cuerpo y mano,
seguirá ante la tierra perseguido
por la sombra del último descanso.

Miguel Hernández, El rayo que no cesa, 1936.

Miguel Hernández

Après avoir bêché cette jachère,
Je me reposerai sur le chiendent
Et je boirai l’eau que sur la branche
La neige captive a collectée pour ma soif.

Je me sens tout le corps refait à neuf
Par le feu juteux qui l’enflamme,
Et la création aimée se répand
Tel un lit, sous ma grande fatigue.

Il prendra du repos le jardinier,
Il distraira ses peines combattues
Par le soleil salubre et le temps doux.

Une fois encore, courbant corps et main,
Je durerai sur la terre, persécuté
Par les ténèbres du dernier repos.

(Traduction: René Char et Tina Jolas, La Planche de vivre, 1981)

Tina Jolas c’est celle qui est derrière le halo de lumière de la lampe…

La planche de vivre 2

Como recojo en lo último del día,
a fuerza de honda, a fuerza de meneo,
en una piedra el sol que ya no veo,
porque ya está su flor en su agonía,

así recoge dentro el alma mía
por esta soledad de mi deseo
siempre en el pasto y nunca en el sesteo,
lo que le queda siempre a mi alegría:

una pena final como la tierra,
como la flor del haba blanquioscura,
como la ortiga hostil desazonada,

indomable y cruel como la sierra,
como el agua de invierno terca y pura,
recóndita y eterna como nada.

(Miguel Hernández, El rayo que no cesa, 1936.)

Miguel Hernández Cartagena 1933.

Comme je recueille à la fin du jour,
A coups de fronde et de dextérité,
Sur une pierre, le soleil qu’on ne voit,
Sa fleur déjà entrée en agonie,

Ainsi se recueille au fond de mon âme,
Par ce languir de mon désir
Encore pâturant, jamais reposant,
Ce qui demeure toujours de ma joie:

Une douleur dernière, comme la terre,
Comme la fleur de fève claire-obscure,
Comme l’ortie hostile et courroucée,

Indomptable et cruelle comme monts déchirés,
Comme l’eau de l’hiver opiniâtre et pure,
Comme le rien éternel et secret.

(Traduction: René Char et Tina Jolas, La Planche de vivre, 1981)

René Char 1971.

La planche de vivre 1

Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por varón en el ingle con un fruto.

Como el toro lo encuentra diminuto
todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo.

Como el toro me crezco en el castigo,
la lengua en corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro.

Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.

Miguel Hernández, El rayo que no cesa, 1936.

Miguel Hernández (Benjamin Palencia) 1935.

Comme le taureau, je suis né pour le deuil
Et la douleur; comme le taureau je suis marqué au fer
Dans le flanc, par un feu infernal,
Et, homme, par un fruit à l’aine.

Comme le taureau, je trouve très petit
Tout mon coeur démesuré,
Et le visage brûlant du baiser,
Comme le taureau à ton amour je le dispute.

Comme le taureau je grandis dans le châtiment,
La langue dans le coeur, je la tiens qui trempe
Et je porte au cou une tourmente sonore.

Comme le taureau je te suis et je te poursuis,
Et tu fais abandon de mon désir sur une épée,
Comme le taureau leurré, comme le taureau.

(Traduction: René Char et Tina Jolas, La Planche de vivre, 1981)

Julio Ramón Ribeyro 1929-1994

Julio Ramón Ribeyro

“Es necesario dotar a todo niño de una casa. Un lugar que, aun perdido, pueda más tarde servirle de refugio y recorrer con la imaginación buscando su alcoba, sus juegos, sus fantasmas.
Una casa: ya sé que se deja, se destruye, se pierde, se vende, se abandona. Pero al niño hay que dársela porque no olvidará nada de ella, nada será desperdiciado, su memoria conservará el color de sus muros, el aire de sus ventanas, las manchas del cielo raso y hasta «la figura escondida en las venas de mármol de la chimenea». Todo para él será atesoramiento.

Más tarde no importa. Uno se acostumbra a ser transeúnte y la casa se convierte en posada. Pero para el niño la casa es su mundo, el mundo. Niño extranjero, sin casa. En casas de paso, de paseo, de pasaje, de pasajero, que no dejarán en él más que imágenes evanescentes de muebles innobles y muros insensatos.

¿Dónde buscará su niñez en medio de tanto trajín y tanto extravío? La casa, en cambio, la verdadera, es el lugar donde uno transucurre y se transforma, en el marco de la tentación, del ensueño, de la fantasía, de la depredación, del hallazgo y del deslumbramiento.

Lo que seremos está allí, en su configuración y sus objetos. Nada en el mundo abierto y andarín podrá reemplazar al espacio cerrado de nuestra infancia, donde algo ocurrió que nos hizo diferentes y que aún perdura y que podemos rescatar cuando recordamos aquel lugar de nuestra casa”.

Prosas apátridas, 1975.

“Empieza a sobrarme un poco de pasado -se queja Luder- . Ya no sé dónde meterlo ni qué hacer con él. Eso quiere decir que me estoy volviendo viejo”.

Dichos de Luder, 1989.

Proses apatrides, Finitude, 2011.

W.H.Auden

W.H.Auden

Retour sur le  Romancero de la résistance espagnole (Petite collection Maspero). On  trouve dans le tome II le célèbre poème Spain de W.H.Auden (pages 144-151)

A l’époque, W.H.Auden était à la fois un poète sérieux et à la mode. Spain se situe entre le début d’un courant littéraire et la grande littérature. Il fut publié en avril 1937 sous forme de brochure par la maison d’édition de T.S.Eliot, Faber & Faber. Tous les droits d’auteur sur la vente de ce poème allaient à l’Aide médicale pour l’Espagne. Il s’agit d’un appel à la mobilisation pour la défense de la République espagnole. Il n’a pourtant probablement persuadé que peu de gens à combattre. La plupart des volontaires anglais venaient de la classe ouvrière et ne connaissaient rien des expériences poétiques d’Auden. Spain représenta néanmoins pour beaucoup d’intellectuels anglais l’esprit du temps. Il donna le départ à la poésie anglaise moderne et engagée. Suivront Stephen Spender, Louis Mac Niece, Cecil Day-Lewis, Julian Bell, neveu de Virginia Woolf, John Cornford, Ralph Fox. Selon l’historien Hugh Thomas, deux mille trois cents combattants anglais participèrent à  la guerre d’Espagne.

Les vers d’Auden sont écrits bien loin du champ de bataille. Leur manque d’adéquation avec la mort effective de nombreux jeunes anglais (dont des poètes) est caractérisée par la fameuse phrase : «The conscious acceptance of guilt in the necessary murder». George Orwell qui combattit en Espagne fit de ce vers la clé de son essai, Inside th Whale (1940). Seul un homme qui en a jamais vu un autre mourir, prétend Orwell, peut dire que le meurtre est nécessaire.

Auden fit  une courte visite en Espagne en 1937. Il s’y rendit pour conduire une ambulance et aider la République espagnole. En fait, il travailla dans un bureau de presse et de propagande, tâche qu’il abandonna rapidement, fatigué par les intrigues, pour visiter le front. Ce séjour de sept semaines l’affecta profondément. Il s’éloigna rapidement de la poésie engagée. Auden et son compagnon, Christopher Isherwood, émigrèrent même en 1939 aux Etats-Unis juste au moment où débutait la Seconde Guerre mondiale. Il refusa de parler par la suite de cette expérience pénible pour lui et refusa aussi presque toute réédition de Spain.

Le plus beau poème d’un anglais sur la Guerre d’Espagne devint le symbole plus vaste de l’état d’esprit intellectuel de l’époque.

Spain (W.H. Auden)

Yesterday all the past. The language of size
Spreading to China along the trade-routes; the diffusion
Of the counting-frame and the cromlech;
Yesterday the shadow-reckoning in the sunny climates.

Yesterday the assessment of insurance by cards,
The divination of water; yesterday the invention
Of cartwheels and clocks, the taming of
Horses. Yesterday the bustling world of the navigators.

Yesterday the abolition of fairies and giants,
the fortress like a motionless eagle eyeing the valley,
the chapel built in the forest;
Yesterday the carving of angels and alarming gargoyles;

The trial of heretics among the columns of stone;
Yesterday the theological feuds in the taverns
And the miraculous cure at the fountain;
Yesterday the Sabbath of witches; but to-day the struggle

Yesterday the installation of dynamos and turbines,
The construction of railways in the colonial desert;
Yesterday the classic lecture
On the origin of Mankind. But to-day the struggle.

Yesterday the belief in the absolute value of Greek,
The fall of the curtain upon the death of a hero;
Yesterday the prayer to the sunset
And the adoration of madmen. but to-day the struggle.

As the poet whispers, startled among the pines,
Or where the loose waterfall sings compact, or upright
On the crag by the leaning tower:
“O my vision. O send me the luck of the sailor.”

And the investigator peers through his instruments
At the inhuman provinces, the virile bacillus
Or enormous Jupiter finished:
“But the lives of my friends. I inquire. I inquire.”

And the poor in their fireless lodgings, dropping the sheets
Of the evening paper: “Our day is our loss. O show us
History the operator, the
Organiser. Time the refreshing river.”

And the nations combine each cry, invoking the life
That shapes the individual belly and orders
The private nocturnal terror:
“Did you not found the city state of the sponge,

“Raise the vast military empires of the shark
And the tiger, establish the robin’s plucky canton?
Intervene. O descend as a dove or
A furious papa or a mild engineer, but descend.”

And the life, if it answers at all, replied from the heart
And the eyes and the lungs, from the shops and squares of the city
“O no, I am not the mover;
Not to-day; not to you. To you, I’m the

“Yes-man, the bar-companion, the easily-duped;
I am whatever you do. I am your vow to be
Good, your humorous story.
I am your business voice. I am your marriage.

“What’s your proposal? To build the just city? I will.
I agree. Or is it the suicide pact, the romantic
Death? Very well, I accept, for
I am your choice, your decision. Yes, I am Spain.”

Many have heard it on remote peninsulas,
On sleepy plains, in the aberrant fishermen’s islands
Or the corrupt heart of the city.
Have heard and migrated like gulls or the seeds of a flower.

They clung like burrs to the long expresses that lurch
Through the unjust lands, through the night, through the alpine tunnel;
They floated over the oceans;
They walked the passes. All presented their lives.

On that arid square, that fragment nipped off from hot
Africa, soldered so crudely to inventive Europe;
On that tableland scored by rivers,
Our thoughts have bodies; the menacing shapes of our fever

Are precise and alive. For the fears which made us respond
To the medicine ad, and the brochure of winter cruises
Have become invading battalions;
And our faces, the institute-face, the chain-store, the ruin

Are projecting their greed as the firing squad and the bomb.
Madrid is the heart. Our moments of tenderness blossom
As the ambulance and the sandbag;
Our hours of friendship into a people’s army.

To-morrow, perhaps the future. The research on fatigue
And the movements of packers; the gradual exploring of all the
Octaves of radiation;
To-morrow the enlarging of consciousness by diet and breathing.

To-morrow the rediscovery of romantic love,
the photographing of ravens; all the fun under
Liberty’s masterful shadow;
To-morrow the hour of the pageant-master and the musician,

The beautiful roar of the chorus under the dome;
To-morrow the exchanging of tips on the breeding of terriers,
The eager election of chairmen
By the sudden forest of hands. But to-day the struggle.

To-morrow for the young the poets exploding like bombs,
The walks by the lake, the weeks of perfect communion;
To-morrow the bicycle races
Through the suburbs on summer evenings. But to-day the struggle.

To-day the deliberate increase in the chances of death,
The consious acceptance of guilt in the necessary murder;
To-day the expending of powers
On the flat ephemeral pamphlet and the boring meeting.

To-day the makeshift consolations: the shared cigarette,
The cards in the candlelit barn, and the scraping concert,
The masculine jokes; to-day the
Fumbled and unsatisfactory embrace before hurting.

The stars are dead. The animals will not look.
We are left alone with our day, and the time is short, and
History to the defeated
May say Alas but cannot help nor pardon.

April, 1937.

Espagne

Hier tout le passé. Le langage des mesures
S’étendant jusqu’en Chine tout au long des itinéraires commerciaux: la diffusion
Des systèmes de calcul et des cromlech;
Hier, la géométrie des ombres dans les pays du soleil.

Hier l’évaluation des primes d’assurance lue dans les cartes
La prophétie par les eaux: hier l’invention
De la roue et de l’horloge; la domestication des
Chevaux. Hier le monde grouillant des navigateurs.

Hier l’abolition des fées et des géants,
La forteresse immobile comme l’aigle qui surveille la vallée,
La chapelle bâtie dans la forêt.
Hier, les anges sculptés et les gargouilles menaçantes.

Les jugements d’hérétiques parmi les colonnes de pierre;
Hier, les querelles théologiques dans les tavernes
Et les guérisons aux fontaines miraculeuses;
Hier le sabbat des sorcières, mais aujourd’hui la lutte.

Hier, la foi dans la valeur absolue de la Grèce,
La chute du rideau sur la mort du héros;
Hier, la prière au soleil couchant
Et l’adoration des fous. Mais aujourd’hui la lutte.

Tandis que le poète murmure, en tremblant, parmi les pins,
Ou auprès de la cascade éparse au chant unique ou debout
Sur l’éperon près de la tour penchée:
« Ô ma vision, Oh! Donne-moi la chance du matelot».

Et le chevalier scrute à travers ses instruments
Les provinces inhumaines, le bacille fécondant
Ou l’immense Jupiter mort:
«Mais la vie de mes amis. Je cherche. Je cherche.»

Et le pauvre dans son logis sans feu qui jette les pages
De son journal du soir: «Aujourd’hui est notre ruine, oh! Montrez-nous
L’histoire, qui
Organise, et le Temps, fleuve du renouveau».

Et les nations unissent chaque cri, en invoquant la vie
Qui règle le ventre de chacun et ordonne
Les intimes terreurs nocturnes:
«N’est-ce pas toi qui a fondé la cité-état de l’éponge,

Etabli les vastes empires militaires du requin
Et du tigre, fixé l’aire du vaillant rouge-gorge?
Interviens. Oh! Descend sous la forme d’une colombe
Ou en père furieux ou en ingénieur clément, mais descend!

Et la vie, si elle daigne répondre, le fait par le coeur
Par les yeux, et les poumons, par les échoppes et les squares de la ville
«Oh! Non, ce n’est pas moi qui mets en mouvement;
Pas aujourd’hui, pas pour toi. Pour toi je suis

Celui qui dit toujours oui, le copain du bistrot, la dupe facile.
Je suis tout ce que tu fais. Je suis ton désir d’être
Bon, ton histoire drôle.
Je suis ta voix officielle. Je suis ton mariage.

Qu’est-ce que tu proposes? De bâtir la Cité des Justes? Oui.
D’accord. Ou bien est-ce la pacte de suicide, la mort
Romantique? Très bien, j’accepte car
Je suis ton choix, ta décision. Je suis l’Espagne».

Beaucoup l’ont entendue de leurs lointaines péninsules,
Sur les plaines assoupies, dans les îles égarées des pêcheurs,
Ou au coeur corrompu de la villle,
l’ont entendue et émigrent comme des mouettes ou la semence des fleurs.

Ils se sont agrippés comme des teignes aux longs express qui serpentent
Par les pays injustes, à travers la nuit, par le tunnel dans la montagn ;
Ils ont flotté au-dessus des océans;
Ils ont franchi les cols. Tous offraient leur vie.

Sur ce carré aride, ce fragment détaché de l’ardente
Afrique, soudée si crûment à l’Europe créatrice
Sur ce plateau labouré de rivières
Nos pensées prennent corps; les formes menaçantes issues de notre fièvre

Sont précises et réelles. Car les frayeurs qui nous font répondre
Aux réclames de médicaments et aux brochures sur les croisières d’hiver
Sont devenues bataillons envahissants;
Et nos visages, la façade officielle, le grand magasin, la ruine

Projettent leur avidité, comme le peloton d’exécution ou la Bombe.
Madrid est le coeur. Nos moment d’effusion fleurissent
Comme l’ambulance ou le sac de sable;
Nos heures d’amitié deviennent l’armée d’un peuple.

Demain peut-être le futur. Les recherches sur l’effort physique
Et les mouvements des emballeurs; l’exploration graduelle de tous les
Octaves de la radiation;
Demain l’élargissement du champ de la conscience par le régime et la respiration.

Demain la redécouverte de l’amour romantique,
La photographie des corbeaux; toute la gaîté sous
l’ombre puissante de la Liberté;
Demain l’heure du meneur de jeu et du musicien.

Le splendide rugissement du choeur sous le dôme;
Demain, l’échange de tuyaux sur l’élevage des fox-terriers,
l’élection passionnée des présidents
Dans la soudaine forêt des mains levés. Mais aujourd’hui la lutte.

Demain pour les jeunes, les poètes explosifs comme des bombes,
Les promenades au bord du lac, les semaines d’harmonie parfaite;
Demain les courses de bicyclette
Dans les faubourgs par les soirs d’été. Mais aujourd’hui la lutte.

Aujourd’hui l’augmentation délibérée des risques de mort,
L’acceptation consciente de la culpabilité dans le meurtre nécessaire;
Aujourd’hui l’épuisement des énergies
Dans la brochure plate et éphémère, et les meetings ennuyeux.

Aujourd’hui les consolations de fortune; la cigarette partagée,
Les cartes dans une grange éclairée à la chandelle, et le concert dissonnant,
Les plaisanteries entre hommes; aujourd’hui l’
Etreinte maladroite et ratée avant de partir au combat.

Les étoiles sont mortes. Les animaux ne regarderont pas.
Nous sommes seuls face à notre présent, et le temps est court et
L’Histoire aux vaincus
Dira peut-être «Hélas!» mais ne pourra ni les aider ni leur pardonner.

(Traduit par Jean Vaché)

Tombe de W.H.Auden à Kirchstetten (Autriche).

España, 1937

Ayer todo el pasado. El lenguaje de la magnitud
se propaga hasta China por la rutas comerciales, la difusión
del ábaco y el crómlech;
ayer el barrunto de la sombre en los climas soleados.

Ayer la valoración de seguros con credenciales,
la hidromancia; ayer la invención
de ruedas de carro y relojes, la doma de
caballos. Ayer el afanoso mundo de los navegantes.

Ayer la abolición de hadas y gigantes,
la fortaleza como un águila inmóvil escrutando el valle.
La capilla construida en el bosque;
Ayer la talla de ángeles y amedrentadoras gárgolas.

El enjuiciamiento de herejes entre las columnas de piedra;
ayer las disputas teológicas en las tabernas
y la curación milagrosa en la fuente;
ayer el aquelarre, pero hoy la lucha.

Ayer la instalación de dinamos y turbinas,
la construcción de vías férreas en el desierto colonial;
ayer el sermón clásico;
sobre el origen de la Humanidad. Pero hoy la lucha.

Ayer la creencia en el valor absoluto de Grecia,
la caída del telón a la muerte de un héroe;
ayer la oración a la puesta de sol
y la adoración de dementes. Pero hoy la lucha.

Mientras el poeta susurra, espantado entre los pinos,
o donde la cascada libre canta concisa, o erguido
sobre el risco junto a la torre inclinada:
«Oh, mi visión. Oh, concédeme la suerte del marinero».

Y el investigador escudriña con sus instrumentos
las provincias inhumanas, los viriles bacilos
o el enorme Júpiter acabado:
«Pero las vidas de mis amigos. Indago. Indago».

Y los pobres en sus alojamientos sin hogar, dejando las hojas
del periódico vespertino: «Nuestro día es nuestra derrota, oh, enséñanos
Historia al operador, al
organizador, Tiempo al río que refresca».

Y las naciones combinan cada grito, invocando la vida
que conforma el vientre individual y ordena
el terror nocturno particular:
«No fundaste la ciudad estado del parásito,

levantaste los inmensos imperios militares del tiburón
y el tigre, estableciste el valeroso cantón del petirrojo?
Interviene. Oh, desciende cual paloma
o furioso papá o afable ingeniero, pero desciende».

Y la vida, si es que responde, replica desde el corazón
y los ojos y los pulmones, desde las tiendas y las plazas de la ciudad:
«Oh, no, no soy el promotor;
hoy no; no para ti. Para ti soy el

que te sigue la corriente, el compañero de barra, el crédulo;
soy aquello que tú hagas. Soy tu promesa de ser
bueno, tu historia graciosa.
Soy tu voz profesional. Soy tu matrimonio.

¿Qué propones? ¿Construir la ciudad justa? Lo haré.
Accedo. ¿O es el pacto de suicidio, la muerte
romántica? Muy bien, acepto, pues
soy tu elección, tu decisión. Sí, soy España».

Muchos lo han oído en remotas penínsulas,
en llanuras soñolientas, en las islas del pescador aberrante
o en el corazón corrupto de la ciudad,
lo han oído y han migrado cual gaviotas o las semillas de una flor.

Se aferraron como erizos a los largos expresos que iban dando tumbos
por las tierras injustas, a través de la noche, a través del túnel alpino;
surcaron los océanos;
cruzaron los pasos. Vinieron a entregar sus vidas.

En aquella árida plaza, aquel fragmento desgajado de la calurosa
África, tan burdamente soldado a la ingeniosa Europa;
en aquella meseta por ríos surcada,
nuestros pensamientos tienen cuerpo; las sombras amenazadoras de nuestra fiebre

son precisas y tienen vida. Pues los miedos que nos hicieron responder
al anuncio de medicamento y el folleto de cruceros de invierno
se han convertido en batallones invasores;
y nuestras caras, la cara de instituto, la cadena comercial, la ruina

proyectan codicia en forma de pelotón de fusilamiento y bomba.
Madrid es el corazón. Nuestros instantes de ternura florecen
como la ambulancia y el saco de arena;
nuestros momentos de amistad en un ejército del pueblo.

Mañana, quizá el futuro. La investigación sobre la fatiga
y los movimientos de empacadores; la exploración gradual de todas las
octavas de radiación;
mañana la expansión de la conciencia a fuerza de dieta y respiración.

Mañana el redescubrimiento del amor romántico,
el fotografiar cuervos; toda la diversión bajo
la autoritaria sombra de la libertad;
mañana los momentos del organizador de desfiles y el músico,

el hermoso fragor del coro bajo la cúpula;
mañana el cruce de consejos sobre la cría de terriers,
la entusiasta elección de presidentes
por el súbito bosque de manos. Pero hoy la lucha.

Mañana que los jóvenes poetas exploten cual bombas,
los paseos junto al lago, las semanas de perfecta comunión;
mañana las carreras de bicicletas
por las afueras en tardes de verano. Pero hoy la lucha.

Hoy el delibeardo incremento de riesgo de muerte,
aceptar conscientemente la culpa en el asesinato necesario;
hoy el derroche de energía
en el panfleto flojo y efímero y la aburrida reunión.

Hoy el consuelo improvisado: el pitillo compartido,
las cartas en el granero a la luz de la vela, y el concierto escabroso,
las bromas masculinas; hoy el
abrazo torpe insatisfactorio antes de la herida.

Las estrellas están muertas. Los animales no quieren mirar.
Nos hemos quedado a solas con nuestro día, y el tiempo es breve, y
a los vencidos la Historia
puede ofrecer piedad pero no ayuda ni perdón.

Abril de 1937.
(Traducción de Eduardo Iriarte)

Jaime Gil de Biedma

Un des derniers poèmes écrits par Jaime Gil de Biedma.

Jaime Gil de Biedma

De senectute 

                              Y nada temí más que mis cuidados.
Góngora

No es el mío, este tiempo.

Y aunque tan mío sea ese latir de pájaros
afuera en el jardín,
su profusión en hojas pequeñas, removiéndome
igual que imitaciones,
no dice ya lo mismo.
Me despierto
como quien oye una respiración
obscena. Es que amanece.

Amanece otro día en que no estaré invitado
ni a un momento feliz. Ni a un arrepentimiento
que, por no ser antiguo,
—«Ah, Seigneur, donnez-moi la force et le courage!»—
invite de verdad a arrepentirme
con algún resto de sinceridad.
Ya nada temo más que mis cuidados.

De la vida me acuerdo, pero dónde está.

1979. Las personas del verbo (Poemas póstumos), 1982.

Jaime Gil de Biedma (1929-1990)

Jaime Gil de Biedma

No volveré a ser joven

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
– como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
– envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

Poemas póstumos (1968).

Je ne serai plus jamais jeune

La vie est une chose sérieuse !
on commence à le comprendre plus tard
– comme tous les jeunes, j’ai voulu
porter ma vie à bras-le-corps.

Je voulais laisser une trace
et m’en aller au milieu des vivats
– vieillir, mourir, n’étaient
que les limites du théâtre.

Mais le temps a passé
et la désagréable vérité surgit :
vieillir, mourir,
sont le seul argument de la pièce.

(Traduit de l’espagnol par Claude de Frayssinet)

Miguel Poveda en la gala de los Premios Ceres 2014.

https://www.youtube.com/watch?v=9_3TauAuzMM

Gil de Biedma recita este poema:

https://enunlugardelared.wordpress.com/tag/jaime-gil-de-biedma/

Antonio Machado

Antonio Machado, Madrid Café de las Salesas. 8 de diciembre de 1933

XXIX

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

Antonio Machado, Proverbios y cantares.

XXIX

Voyageur, le chemin
sont les traces de tes pas
c’est tout ; voyageur,
il n’y a pas de chemin,
le chemin se fait en marchant.
Le chemin se fait en marchant
t quand on tourne les yeux en arrière
on voit le sentier que jamais
on ne doit à nouveau fouler
Voyageur, il n’est pas de chemin
rien que des sillages sur la mer.

Proverbes et chansons. (Traduction: Bernard Sesé)